Hacer un anuncio de mierda y petarlo — La historia

Los hermanos Harmon lo tenían todo preparado. Sería un gran día.

La luz del portátil iluminaba la cara de Jeffrey. Fuera, las gotas de condensación resbalaban por la ventana. Un sorbo más de café antes de probar por enésima vez que los altavoces no les jueguen una mala pasada.

Relájate, les va a encantar. No podría ser mejor

Su hermano Daniel era el director creativo. Más relajado, consultaba las últimas noticias en Twitter. Nada nuevo, más de lo mismo. Simplemente pasaba el rato.

A diferencia de su hermano, él estaba muy seguro de lo que habían creado durante el retiro en la casa de campo. Era sublime. Una obra de arte de 180 segundos. El cliente llegaría en pocos minutos y su misión era muy simple:

No hacer otro anuncio de mierda.

Ya están aquí

Apretones de manos entre Bobby y Bill, los fundadores y máximos responsables del producto que cambiaría para siempre la forma de soltar la carga de millones de americanos.

Era revolucionario. Una pieza de ingeniería intestinal.

Blanco, sobrio, perfecto para encajar en cualquier inodoro. Según los creadores, defecar en posición de sentadilla tenía innumerables beneficios. El taburete mágico prometía un futuro libre de hemorroides y sufrimiento íntimo. 

La cosa prometía.

Daniel pulsa la barra espaciadora y empieza el video. Las paredes de la sala empiezan a iluminarse con los primeros fotogramas del vídeo. Aparece en escena un apuesto joven vestido de caballero con bigote y pelo largo. ¿A su lado? Un unicornio blanco sentado en un trono de porcelana cagando un colorido y apetecible helado.

Ante una situación así... ¿Qué podía salir mal?

Oh my god, you're a fucking genius!

Los CEO's de la empresa explotaron. Jeffrey intentaba grabar con su teléfono la reacción de sus clientes, pero no lograba mantenerlos dentro del plano.

La risa descontrolada se apodera del ambiente en la sala de proyecciones de los hermanos publicistas.  El vídeo sigue en marcha a la vez que las lágrimas de felicidad se abren paso a través de sus mejillas.

Escuchábamos frases tan elocuentes como... Now your colon's open and ready for battle, I scream, you scream, and plop plop, baby.

Lo petaron. 

40 millones de reproducciones en YouTube y opiniones tan honestas y brillantes en Amazon como estas:

«Definitivamente funciona, que alivio»

«¿Lo sabías? Estás cagando a media velocidad. Esto te llevará el futuro»

«Desde el domingo que no conseguía vaciar. Me bajé los pantalones y ¡boom!»

* * * 

Este anuncio de teletienda es considerado uno de los mejores de la historia. No solo por su originalidad, sino porque logró su objetivo: vender a lo bestia.

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